Epistaxis

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Anteriores: Son las más frecuentes (el 90% del total), propias de personas jóvenes y de mejor pronóstico. El origen del sangrado se halla en el área de Kiesselbach, una zona muy vascularizada situada en la mucosa de la región anterior del tabique nasal. El sangrado se exterioriza a través del orificio nasal.
Posteriores: Son más difíciles de contener y menos frecuentes. Se originan en la arteria etmoidal y las esfenopalatinas. El principal signo es la caída de la sangre a través de la faringe y el tragado de la misma.

Ante toda epistaxis debe hacerse un estudio cuidadoso ya que puede ser un proceso banal o expresión de una patología de mayor trascendencia (hipertensión arterial, infecciones, tumores, etc). El tratamiento dependerá de la causa que lo ha provocado y de su localización. Si la hemorragia persiste se realizará un taponamiento en caso de sangrado, que se introducirá por las fosas nasales y la cauterización del punto sangrante si es localizable. En casos extremos será preciso un tratamiento quirúrgico para la embolización del vaso sangrante.

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