Es una enfermedad del oído interno que afecta al equilibrio y la audición. Su diagnóstico no es fácil y suele hacerse por descarte de otras enfermedades.
El oído interno está compuesto por tubos llenos de líquido llamados laberintos. Gracias a estos canales el cerebro puede interpretar la posición del cuerpo y mantener el equilibrio.
Se desconoce su causa aunque puede estar relacionado con un aumento de presión en el oído interno (debido a una obstrucción del acueducto del caracol), un traumatismo o infección del oído.
La enfermedad puede desarrollarse sin aviso pudiendo aparecer episodios aislados.
Sus principales síntomas son:
Por el momento se desconoce la cura para el síndrome de Ménière. El tratamiento está dirigido a disminuir los síntomas.
Una reducción de líquido en el cuerpo puede ayudar a aliviar la presión en el oído interno por ello a veces el médico prescribe diuréticos y una dieta baja en sal.
Durante los episodios deberá guardar reposo. Evite movimientos bruscos, éstos empeoran los síntomas. Necesitará ayuda para la deambulación durante los episodios de la enfermedad. Podrá ir aumentando la actividad de forma gradual tras los ataques.
Evitar la televisión, luces brillantes y leer durante los ataques ya que también empeoran los síntomas.
Al cabo de un tiempo los síntomas pueden remitir de forma espontánea sin que se repitan de nuevo, independientemente de si hubo o no tratamiento. La pérdida de audición es la única secuela que puede quedar tras pasar la enfermedad.